Las fallas son las fiestas más importantes y oriundas de la ciudad de Valencia, aunque con el paso de los años han comenzado a celebrarse también en una gran cantidad de municipios de la Comunidad Valenciana, e incluso de fuera de ella.
Son llamadas también fiestas Josefinas, por celebrarse en honor a San José, patrón de los Carpinteros, uno de los gremios más extendidos en la ciudad cuando comenzaron a celebrarse a finales del siglo XIX, y que se ha conservado hasta la actualidad, dada la importancia del sector del mueble en la región.
Se inician el 15 de marzo con la plantà de los cientos y cientos de monumentos de cartón piedra tanto grandes como infantiles que engalanan la ciudad, dando lugar al inicio de la semana grande de la fiesta; y concluyen el 19 de marzo, día de la cremà, en la que estás autenticas obras de arte desaparecen consumidas por las llamas.
Dichos monumentos se alzan en las plazas y en los cruces de calles de la ciudad. Impresionantes por su grandiosidad constan de una, dos o tres figuras gigantescas principales rodeadas de otras pequeñas escenas que complementan el lema a desarrollar. Construidas por los artistas falleros, representan escenificaciones, tratando satíricamente temas de la actualidad social y política. Existen varias categorías de fallas que compiten por obtener distintos premios, destacando las fallas de la sección especial que son las más grandes y espectaculares.
Unas semanas antes de proceder a la plantà de la falla, cada comisión selecciona un ninot de la falla grande y otro de la infantil para ser presentado en una exposición conjunta. Mediante una votación popular se premia a aquel que, por su belleza, ingenio o su gracia e intención satírica, la vox populi considera merecedor del indulto del fuego.
La Cridà, la Exposición del Ninot, la plantà, la Cabalgata del Reino, las mascletàs, los castillos de fuegos artificiales, la Ofrenda de flores a la Virgen y la Nit del Foc, son algunas de algunas de las imprescindibles citas falleras.
Se trata de un fiesta muy arraigada y participativa, pero sobre todo completa. Moviliza a decenas de miles de valencianos en todos los barrios y calles de la capital, que agrupados en comisiones, trabajan durante todo un año para organizar la fiesta. La combinación de arte, espectáculos varios, pasacalles, pirotécnica, actividades religiosas, música, oferta gastronómica y largas noches de verbenas, la convierten en una fiesta única.
Actualmente, esta festividad se ha convertido en un atractivo turístico muy importante a nivel mundial, ya que además de estar catalogadas como fiesta de Interés Turístico Internacional, en noviembre de 2016, la Unesco, las inscribió en su lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El peinado de Fallera
Si hay algo particular en la indumentaria valenciana femenina y en el éxito de toda fallera, es sin duda el peinado. Se trata de uno de los más trabajados de entre todos los que podemos encontar entre las diversas indumentarias tradicionales. Si en su origen ya lo era, hoy en día es muchísimo más.
Antiguamente las mujeres tenían el cabello muy largo porque prácticamente no se lo cortaban a lo largo de toda la vida y por ello tendían siempre a llevarlo recogido.
La forma de recogerlo era la siguiente:
Para el traje del Siglo XIX, el peinado consta de 3 moños, uno trasero y dos laterales, cubriendo las orejas.
Los pasos para su realización son:
1.- Hacemos una raya en medio de la cabeza desde la parte delantera hacia atrás hasta que cruce con la segunda raya, que se traza de forma perpendicular desde una oreja hasta la otra. Es un cruce de rayas en forma de T, y así queda el cabello dividido en tres secciones, dos laterales y una trasera.
2.- A continuación, recogeremos el pelo de la parte trasera en una coleta baja y centrada. De esta forma no nos molesta y lo tendremos preparado para hacer posteriormente el moño trasero.
3.- Para realizar las ondas delanteras, se coge el pelo de uno de los lados que hemos separado y lo peinamos formando una onda en la parte superior frontal. Es recomendable ponerle suficiente gomina o fijador, para conseguir de manera más fácil la forma deseada. El pelo restante se sujetará con un clip para unirlo posteriormente a la coleta, dejándolo escondido bajo los moños que realizaremos posteriormente. Este proceso se realizará igualmente para el otro lado.
.4.- Al iniciar el moño trasero, separaremos el cabello en 6 fragmentos para hacer dos trenzas, o bien en 8 fragmentos para hacer dos trenzas y un ocho. Depende de la cantidad de cabello de cada persona. Si no es suficiente, podemos añadirle dos mallas postizas para la realización de los ochos.
5.- Se coloca la aguja de forma horizontal atravesando la coleta. Con los dos fragmentos que hemos dejado sueltos o las mallas postizas, vamos retorciéndolos sobre si mismos, a la vez que formamos el ocho alrededor del pincho. Lo iremos sujetando con las horquillas que sean necesarias para que no se mueva e intentando que éstas no se vean.
6.- Con las trenzas que hemos dejado a cada lado hay que ir rodeando el ocho central, fijándolas igualmente con horquillas o clips. En ocasiones, otra opción es colocar la peineta trasera antes de colocar las trenzas para que se acople mejor a la cabeza.
7.- Una vez finalizado el moño trasero, comenzaremos a hacer los moños laterales o rodetes, cuya forma de realizarlos no ha variado mucho desde hace años. Si es cierto, que actualmente la mayoría de las falleras no tiene que pasar por este proceso, pues suelen tenerlos ya cosidos, y de esta forma, facilitan la colocación y el tiempo de peinado es mucho menor.
De todas formas, si se van a hacer en el momento, el procedimiento es el siguiente:
Buscaremos el centro entre el nacimiento del cabello y el moño trasero. Sujetaremos la malla postiza con un clip e iremos formando un moño en forma de caracol, retorciendo la malla sobre si misma, y rodeando a la primera de las agujas pasaderas (agujas del aderezo) que hemos colocado de forma vertical. Una vez terminado el proceso se colocará la segunda aguja pasadera por el mismo sitio que la anterior, pero de forma horizontal, quedando colocadas en forma de cruz.
Los rodetes, una vez terminados deben tener el mismo tamaño y estar colocados de forma simétrica.
Todos los moños deben quedar bien peinados, es decir sin que salgan pelos despuntados, y los finales de las mallas bien escondidas.
Una vez hayamos terminado los tres moños, completaremos el peinado añadiéndole las peinetas. La pinta en el moño trasero y los rascamonyos en los rodetes.
Igualmente y con esto queda terminado el peinado de valenciana, colocaremos las últimas agujas pasaderas traseras de forma paralela a la aguja con la que iniciamos el moño trasero.
Por último, un consejo, ya que actualmente la moda también marca el peinado de valenciana. Las peinetas tanto la trasera como las laterales, se llevan bajitas. Los rodetes bien pegaditos y el moño trasero plano y bajito.
Para el traje del Siglo XVIII Sólo se realiza un moño.
1.- Se retira todo el pelo hacia atrás recogiéndolo en una coleta, y se separa en 6 fragmentos para hacer dos trenzas, o bien en 8 fragmentos para hacer dos trenzas y un ocho.
2.- Se coloca la aguja horizontalmente y con los dos fragmentos de los que hemos dejado suelto, vamos formando el ocho alrededor del pincho, sujetándolo con las horquillas que sean necesarias.
3.- Con las trenzas que hemos dejado a cada lado se va rodeando el ocho central, fijándolas igualmente con horquillas o clips.
4.- El moño debe quedar bien peinado, es decir sin que salgan pelos despuntados, y el final de las mallas bien escondidas.